Más fusiones y más rapidez en la limpieza de balances. El Fondo Monetario Internacional (FMI) vuelve a instar a nuevas operaciones de consolidación en la banca para ganar rentabilidad, así como a acelerar el saneamiento de los activos dañados. Aunque el sector es hoy más fuerte tras el rescate bancario de 2012, los bancos aún acumulan una elevada cartera de créditos morosos e inmuebles adjudicados, dice el FMI.
Las entidades, además, tienen que seguir tomando medidas para mejorar sus beneficios y sus niveles de capital, remarca el Fondo, que también respalda, aunque sin una alusión explícita, el rescate exprés de Popular. “La rápida resolución de un banco sistémico doméstico cotizado ha eliminado una fuente de incertidumbre en el sistema bancario y prosiguen los esfuerzos de consolidación en el sistema”, indica el organismo, en las conclusiones preliminares del Programa de Evaluación del Sector Financiero (FSAP, por sus siglas en inglés), llevado a cabo entre octubre de 2016 y julio de 2017. Los países con sectores financieros considerados de importancia sistémica, como España, deben ser objeto de una evaluación de estabilidad obligatoria cada cinco años.
“Las profundas reformas emprendidas en 2012, y continuadas posteriormente, han contribuido a un sistema bancario más fuerte y racionalizado. La rentabilidad y la solvencia han mejorado sustancialmente en la mayoría de los bancos, hay mayor disponibilidad de crédito, y la adaptación a los nuevos requisitos regulatorios va progresando con fluidez (…) Sin embargo, los activos dañados derivados de la crisis todavía no se han eliminado del todo. Las cifras de morosos y adjudicados se han reducido notablemente, pero se mantienen en niveles relativamente elevados en unos cuantos bancos, lastrando sus resultados”, avisa el Fondo.
El organismo también alerta de que los bancos españoles, como sus homólogos europeos, se enfrentan a “retos derivados de las incertidumbres relativas al entorno de crecimiento”, la futura normalización de la política monetaria ultralaxa del BCE, y el cumplimiento de requisitos regulatorios futuros. Entre ellos, las nuevas exigencias de absorción de pérdidas (TLAC y MREL a nivel global y europeo, respectivamente).
Tres prioridades a corto plazo
El FMI marca tres prioridades a corto plazo: atajar las debilidades que persisten en el sector y la cartera de activos improductivos, prepararse para manejar turbulencias que amenacen la estabilidad financiera, y fortalecer y modernizar el marco institucional.
“Un enfoque más proactivo a la hora de gestionar la cartera dañada ayudaría a preparar al sistema bancario para los nuevos retos. La aceleración del saneamiento de balances debería basarse en la orientación del BCE sobre la reducción de la morosidad y la aplicación de las normas contables sobre provisiones (entrada en vigor de la NIIF 9 en 2018)”, señala el FMI. El Fondo pone la lupa sobre la valoración de los activos inmobiliarios, que debería analizarse “minuciosamente”, llevándose a cabo “acciones de supervisión para impulsar un mayor avance”.
“Los bancos españoles necesitan continuar mejorando la rentabilidad, acumulando más reservas de capital, y adaptando sus posiciones de financiación. La reciente ronda de consolidación bancaria es un avance positivo, pero sigue existiendo margen para la realización de ulteriores esfuerzos que fortalezcan estructuralmente la rentabilidad de los bancos. Algunos bancos necesitan además elevar aún más su capital regulatorio o sus reservas de capital para compensar la desaparición gradual de exenciones regulatorias y proteger su negocio frente a perturbaciones inesperadas”, explica. En la actualidad, están en marcha las integraciones de Santander y Popular, junto a la de Bankia y BMN.
El Fondo también reclama la creación de un Consejo del Riesgo Sistémico interinstitucional que ayude a prevenir nuevas crisis y otra acumulación de riesgos en el sector inmobiliario. En este campo, la institución pide ampliar las competencias del Banco de España de cara a que pueda fijar límites en ratios como la que relaciona el importe del préstamo sobre el valor del activo (Loan to Value) y la relación entre fondos destinados al servicio de la deuda e ingresos. La institución, a su vez, aboga por revisar la “fragmentación” de las competencia de resolución de bancos, divididas entre prevención y ejecución.
El FMI, por último, pide reformas en los procesos de selección de las autoridades de supervisión del sector financiero y defiende un organismo independiente de seguros y fondos de pensiones. Para mejorar el sistema de reclamaciones de los clientes, aboga por introducir un sistema con un único defensor del consumidor sobre productos financieros. Por último, insta a traspasar responsabilidades sobre contabilidad y supervisión de auditoría que ostenta en la actualidad el ICAC, dependiente del Ministerio de Economía, a la CNMV.
